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La advocación de Nuestra Señora del Buen Aire tiene su origen en la isla de Cerdeña y data de 1370.

El 25 de marzo de 1370 un buque cargado de mercancías navegaba en plena calma cuando, repentinamente, se desató una poderosa tempestad. Era tan peligrosa la situación, que el capitán de la nave ordena arrojar al mar toda la carga, para aligerar la bodega y lograr que el navío se estabilizara.

Así fue como todos los bultos fueron a dar al mar embravecido, incluida una gran caja cuyo contenido se desconocía. En cuanto esta caja tocó las aguas, la tormenta cesó, y fue la única que se mantuvo a flote de entre toda la carga arrojada.

Intentaron recuperarla, pero la caja se desplazaba hacia la costa. Cada vez que el barco se acercaba, la caja se movía en esa dirección. La siguieron hasta que repentinamente, la caja se detuvo frente a la colina del Buen Aire. Marineros, pescadores y curiosos trataron de apoderarse de ella para llevarla hasta las playas pero al intentarlo, la caja volvió a alejarse mar adentro.

Unos días después, un niño que pasaba por la costa descubrió la gran caja entre el follaje y corrió hasta el Convento de la Merced a dar la noticia. Cuando los frailes abrieron la caja encontraron en su interior una bella imagen de la Santa Madre.

Con el Niño en su brazo izquierdo y una candela encendida en la mano derecha, tenía un bello manto azul con flores doradas, y una túnica rosa, la imagen, tallada en madera de algarrobo, de 1,56 cm., fue llamada Virgen del Buen Aire.

Los frailes decidieron que el lugar más adecuado sería el Altar Mayor, pero estaba ocupado por la Virgen del Milagro, así que la ubicaron en una capilla lateral. Con gran sorpresa a la mañana siguiente, los religiosos encontraron a la Virgen del Buen Aire en el Altar Mayor y a la del Milagro en la capilla lateral. Dos veces  volvieron a cambiar las imágenes de lugar y volvieron a encontrarlas cambiadas. Nadie osó volver a tocarlas.

Desde entonces es patrona de Cerdeña y de los navegantes y en el lugar del milagro fue levantada una  basílica.

La advocación fue llevada por los religiosos que acompañaban a Pedro de Mendoza en 1536, a las costas del Río de la Plata,  donde se llevó a cabo la primera fundación de la Ciudad de Buenos Aires (Argentina).

(La foto que ilustra la nota es una imagen que se encuentra en en la plaza Cerdeña, frente a la Dirección Nacional de Inmigraciones (Avenida Antártida Argentina 1455, Buenos Aires).

 

Tomado de: https://www.canalip.com/blog/nuestra-seora-del-buen-aire

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